Noticias 02-07-2010 El consumo de fertilizantes en España


Imagen (Publicado en el periódico Europa Agraria nº 206 – Julio 2010)

La industria de fertilizantes a nivel nacional se encuentra entre las principales de los países desarrollados y suministra toda la gama de productos que demanda la agricultura. Actualmente se estima que el sector de los fertilizantes aporta más de 2.000 empleos directos y en el entorno de 15.000 indirectos en comercialización, transporte, envasado, minería, fletes, etc. En el año 2009, la producción nacional de productos terminados ha sido de 3,2 millones de toneladas, y la de productos intermedios (ácido sulfúrico, ácido nítrico, ácido fosfórico y amoniaco) de 1,1 millones de toneladas. Las ventas agrícolas han sido de 3,3 millones de toneladas, las importaciones de fertilizantes de 1,8 millones de toneladas y las exportaciones de 1,1 millones de toneladas.

Respecto al consumo de fertilizantes, en paralelo a Europa y resto del mundo, en el año 2009 el mercado español se ha visto muy afectado negativamente por segundo año consecutivo por el debilitamiento de la demanda, consecuencia directa de los bajos precios de los productos agrícolas, que han impedido la rentabilidad de las explotaciones en gran parte del país. Ello ha obligado al agricultor a reducir sus costes de producción, afectando especialmente a las aplicaciones de los abonos propios de sementera (fosfatados, potásicos y complejos), en tanto que se han mantenido las aplicaciones de fertilizantes en cobertera.

En el año 2008 los precios de los fertilizantes subieron de manera significativa en el mercado internacional, como consecuencia de los espectaculares incrementos de los precios mundiales de las materias primas y de la energía. Los abonos son commodities y su precio se fija a nivel mundial. Es importante indicar que, en conjunto, el coste de las materias primas y de la energía vienen a representar un 80 por cien del total de los costes de producción de los fertilizantes.

Sin embargo, desde finales de 2008 se ha producido un descenso de los precios de los fertilizantes a nivel mundial, que se ha transmitido a los mercados de forma muy rápida. Podemos decir que los precios de los fertilizantes han vuelto a los niveles de los años 2005 y 2006, por lo que se tiende a reestablecer el equilibrio económico de la explotación agraria.

En términos de producto, la fabricación de fertilizantes en España ha sido en el año 2009 de 3,24 millones de toneladas, lejos de las producciones de hace tan sólo unos años, que se situaban sobre los 4,5 millones de toneladas. Entre los diferentes grupos de productos han sido muy significativos los descensos de la producción de abonos complejos, superfosfatos y cloruro potásico, abonos clásicos para aplicar en la presiembra de los cultivos herbáceos.

Las ventas de fertilizantes se han situado en unas cifras mínimas, no imaginables en años anteriores, con un volumen de 3,32 millones de toneladas en el año 2009, un 11 por cien inferiores a las del año 2008 y un 36 por cien por debajo de las ventas del año 2007.

Tal y como se ha comentado anteriormente, entre los hechos que han determinado el fuerte descenso de la demanda de fertilizantes debe destacarse por un lado la volatilidad tanto de los precios de los inputs como de los productos agrícolas y especialmente el desfase habido entre ellos. Esta situación ha creado una gran incertidumbre entre los agricultores, que en nada ha favorecido la posibilidad de realizar una gestión adecuada de sus explotaciones en los críticos momentos por los que atraviesa la agricultura española en la actualidad.

Por grupos de productos, las ventas de fertilizantes nitrogenados simples durante el año 2009 han aumentado un 7,7 por cien sobre las realizadas en el año anterior, si bien se sitúan todavía por debajo de las ventas de años precedentes. Las ventas de abonos fosfatados y potásicos simples han vuelto a caer de forma significativa, prácticamente a una tercera parte en tan sólo dos años. De igual forma, las ventas de abonos complejos han experimentado un importante descenso para apenas alcanzar 1.100.000 toneladas.

Los datos oficiales de comercio exterior de fertilizantes del año 2009 indican un descenso en relación con el año anterior, más marcado en el caso de las importaciones, con una disminución del 20 por cien, y del 4,3 por cien en el caso de las exportaciones, situándose en 1,85 y 1,12 millones de toneladas respectivamente. Se puede decir que aproximadamente el 45 por cien de los abonos que se consumen cada año en España provienen de la importación.

Sobre la previsión de la evolución de la demanda de fertilizantes durante los próximos años, habría que analizar distintos factores que pueden promover o condicionar la evolución de los diferentes cultivos, teniendo en cuenta la estrecha correlación que existe entre la producción agrícola y la demanda de fertilizantes. Entre los principales factores se consideran actualmente esenciales la revisión de la PAC después de 2013, año en el que finaliza el presupuesto actual, los aspectos medioambientales, la climatología y por supuesto la demanda y precio de los productos y los nuevos productos y prácticas de abonado.

A nivel europeo se considera que el consumo se recuperará, teniendo en cuenta que los fertilizantes son necesarios para llevar a cabo una agricultura sostenible. Recientemente la FAO ha estimado que la producción agrícola mundial necesita crecer un 70 por cien si ha de alimentar a los 9.000 millones de personas que habitarán el planeta en 2050, y en ello los fertilizantes deberán jugar un papel esencial.

Próximamente se va a editar una nueva publicación del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino sobre fertilizantes, denominada “Guía Práctica de la Fertilización Racional de los Cultivos en España”, que forma parte de las medidas incluidas en la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia aprobadas en Consejo de Ministros del 20 de julio de 2007. Dicha guía, que estará disponible a su vez en la página web del Ministerio (www.marm.es), proporcionará la información necesaria para rentabilizar el uso de los fertilizantes, logrando su máxima eficacia medioambiental y económica, en el marco de las condiciones agroclimáticas propias de nuestro país y para los principales cultivos que conforman la agricultura española. En la elaboración de la guía han colaborado expertos procedentes de la Universidad y de reputados Centros de Investigación de todas las regiones de España.

La guía cuenta con tres partes: La primera se titula “El suelo, los nutrientes, los fertilizantes y la fertilización”, la segunda “El abonado de los cultivos” (tratando sobre la fertilización de cereales de invierno (trigo y cebada), cereales de primavera (maíz), leguminosas de grano, patata, cultivos industriales (remolacha azucarera y algodón), oleaginosas herbáceas (girasol, colza y soja), cultivos forrajeros, cultivos hortícolas, cítricos, frutales caducifolios, viñedo, olivar, y frutales tropicales y subtropicales en las Islas Canarias) y la tercera “Legislación”, en la que se comenta la normativa actual básica sobre fertilizantes, tanto en Europa como en España, recogida en el Reglamento 2003/2003 y el Real Decreto 824/2005.

En el BOE de 11 de junio de 2010 se ha publicado el Programa de Desarrollo Rural Sostenible para el periodo 2010-2014, donde se recogen las políticas de carácter horizontal de la Ley para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, con el objetivo de lograr el mantenimiento de la población rural y mejorar sus condiciones de vida y de renta. El reconocimiento de la importante contribución de los fertilizantes en el incremento de las producciones agrícolas, y en consecuencia en la producción de alimentos, fibras e incluso de energía, contrasta severamente con el carácter negativo de las informaciones que, sobre la utilización de fertilizantes en las explotaciones agrarias, se incluyen en dicho Programa. Cuando los fertilizantes se utilizan de forma racional, principio intensamente fomentado por la industria, sus efectos son favorables y esenciales para la fertilidad del suelo, para el rendimiento y calidad de las cosechas, para la salud humana, aportando los elementos esenciales al metabolismo, y el medio ambiente. En una agricultura moderna, productiva y respetuosa en todas las condiciones medioambientales, no puede cuestionarse una aplicación adecuada de fertilizantes.